domingo, 31 de agosto de 2008

A mis amigos....

Columna de Cesar Barros: A mis amigos (La Tercera de hoy). carta de un papa, amigo de alguno de los padres de las 9 niñitas fallecidas en el accidente del norte de Chile en una gira del Colegio Cumbres.

Columna de César Barros: A mis amigos

De verdad tenía pensado escribir sobre la importancia de los liderazgos empresariales en Chile. Sobre su influencia positiva en las políticas económicas y públicas en general. Sobre cómo la ausencia de esas influencias en países como Argentina, Bolivia y otros "hermanos latinoamericanos" han llevado al desastre y al populismo. Sobre el perfil que deben mantener esos líderes empresariales.

Chile tiene -aunque tantos líderes políticos "progres" protesten- una clase empresarial de excepción en lo político. Soy crítico de su excesiva falta de creatividad y muchas veces de audacia. Pero su compromiso con el progreso del país y con las buenas políticas públicas en innegable. Los aportes del Cep, LyD y otros institutos y universidades que han conformado, la calidad de sus dirigentes, la altura de miras para cooperar con gobiernos no siempre amigables es un ejemplo para la región.

Chile tiene una clase empresarial dedicada, democrática, seria y que se siente responsable por el progreso de la Nación. Los países que no las tienen, donde las elites empresariales dejan pasar la corrupción, las malas políticas públicas, y se acomodan sólo a ganar dinero, son el germen de la perdición para sus países y también para sus empresas.

Pero no me salen las palabras. El accidente de anteayer en Putre me tiene sobrecogido e incapacitado para cualquier cosa que no sea pensar en mis amigos que perdieron hijas y nietas en el accidente. Y en mi egoísmo personal, dar gracias a Dios por tener a los propios con vida y salud. Cómo no recordar el minuto en que los vimos nacer y luego escuchamos sus primeros balbuceos. Mirar sus primeros pasitos inseguros. El primer día del colegio, la primera comunión. Yo no sé si tendría la entereza, la fe y la resiliencia de mis amigos Luis José Garreaud, Fernando Barros e Iván Arteaga, ante la pérdida de sus hijas y nieta.

Quisiera ayudarlos, estrecharlos, compartir su dolor: pero es imposible, porque cada hijo, cada nieto es una singularidad para uno. Cada cual tiene su lugar en nuestros corazones de padres y de abuelos. Y si bien lo único que tenemos seguro en la vida es justamente la muerte, lo justo es que llegue a la edad esperada y en circunstancias más lógicas. A la edad nuestra, empezamos a ver la muerte más cercana: amigos que van, al menos, con una buena parte de la vida completa.

La muerte de niños es brutal, es un despojo de vidas que tenían que venir. De vivencias que departir con ellos. De angustias de amores y de triunfos que tendrían y que se vieron tronchados de forma tan violenta.

Ayer no pude sino levantarme al despertar, ir a ver a mis niños uno por uno y tocarlos, sentir su calor y escuchar sus alegatos por interrumpir esos sueños interminables que tiene la juventud. Y llamar a deshora a los que viven fuera de Chile, para estar seguro de la certeza que otros hoy no tienen.

Va a ser una semana triste y llena de reflexiones, sobre por qué estas cosas pasan y del significado de la vida y de la muerte. Acostumbrarnos a que esta última siempre nos acompaña, nos acecha y no se aleja de nosotros. A dejar de lado tanta frivolidad que nos rodea, la angustia por problemas pequeños, de los que nos burlaremos en unas semanas. Todo será nimio al lado del dolor de nuestros amigos. Cualquier pérdida nuestra será insignificante frente a la de ellos.

Quizá sea ese el mensaje que nos llega desde el más allá a los que no nos ha tocado ahora la muerte tan de cerca: un recordatorio de lo poco que vale el debate por la consolidación de deudas, la elección de la CPC, la cena de la industria del salmón y el saldo de la cuenta corriente. Y que lo importante es la amistad, el amor, los afectos. La cercanía física: los abrazos, las caricias y las palabras amigo, hijo, hermano y padre.

Es una lástima tener que ver el dolor tan de cerca, para olvidarnos de todo eso que nos consume el cerebro durante el día y muchas veces por las noches. El desperdicio que es usar el tiempo en reuniones, directorios y cálculos, pudiendo en cambio entregárselo a los hijos y a los seres queridos.

Escribir de negocios y de economía, cuando podríamos estar, en cambio, leyéndole un cuento a un hijo o a una nieta. Comiendo con extranjeros que poco o nada conocemos, en vez de acurrucar a un hijo o escuchar sus historias y sus sueños.

Si en algo pueden consolarse los que acaban de tener esta pérdida irreparable es que muchos como yo, vamos a mirar el mundo en forma más recatada y cuidadosa. Nos vamos a fijar en lo que realmente es importante. Y vuestro dolor tendrá frutos que quizá ustedes nunca imaginaron. Y que si de verdad fuéramos "homo sapiens", no lo olvidaríamos jamás. Pero como de "homo" tenemos mucho y de "sapiens" poco, volveremos inevitablemente a las andadas.

Y a nuestra agenda regresará a la consolidación de deudas, la elección de la CPC y la cuenta corriente.

domingo, 24 de agosto de 2008

MMV

me encontré leyendo hoy dos artículos en distintas partes sobre Mario Vargas Llosa. El primero es en El País (España). El otro en el blog de Alberto Fuguet.

TRIBUNA: MARIO VARGAS LLOSA

Caracas al vuelo

De visita en Caracas, parece que "el socialismo del siglo XXI" tiene ahora menos posibilidades de materializarse que hace algunos años

MARIO VARGAS LLOSA 24/08/2008

Hice una visita relámpago a Caracas para ver el montaje teatral que ha hecho Héctor Manrique de una obra mía, Al pie del Támesis -magnífico, por cierto-, y, pese a lo breve de mi estancia, por lo que vi, oí, leí y conversé con los amigos en esas pocas horas, salí de Venezuela convencido de que el proyecto autoritario que el comandante Chávez ha puesto en marcha con las etiquetas de "la revolución bolivariana" y "el socialismo del siglo XXI" tiene ahora menos posibilidades de materializarse que hace algunos años. Y que el tiempo y el espíritu de resistencia del pueblo venezolano va socavando poco a poco el riesgo de que la patria de Bolívar se convierta en una segunda Cuba.

¿De qué viene mi optimismo? De la libertad con que los venezolanos de toda condición critican en calles, plazas, cafés y donde sea al Gobierno sin dejarse intimidar por las represalias que éste toma contra los opositores -y que abarcan todo un abanico de atropellos, desde despedidas intempestivas de puestos públicos, multas, auditorías, cancelaciones de contratos y permisos a empresarios y comerciantes, estatizaciones y confiscaciones, hasta cierrapuertas de la radio, la televisión y los teatros públicos a los artistas, directores, guionistas y productores reacios a convertirse en instrumentos obsecuentes del poder- y por las encuestas relativas a las elecciones del próximo 23 de noviembre, en que serán elegidos 22 gobernadores y 335 alcaldes, según las cuales la oposición, unida, podría obtener un porcentaje muy alto de victorias en todo el territorio nacional.

Chávez lo sabe y ha tomado precauciones haciendo "inhabilitar" por el Contralor de la República, en flagrante violación constitucional, a casi 300 ciudadanos, la gran mayoría de la oposición. Entre ellos figuraban cuatro candidatos a los que las encuestas daban grandes posibilidades de victoria en sus estados y que han quedado fuera de la contienda. El Tribunal Supremo de Justicia, ahora al servicio del régimen, ha convalidado el legicidio. Aun así, y sabiendo que, alertado por la derrota que sufrió el 2 de diciembre de 2007, Chávez se valdrá de todos los recursos a su alcance para impedir un nuevo revés, un cierto optimismo prevalece entre los venezolanos. ¿Puede el régimen orquestar un fraude generalizado? No es fácil, ya que existe el voto electrónico, siempre y cuando, claro está, haya una vigilancia en las mesas de votación como la que ejercitaron los estudiantes en el referéndum sobre el proyecto de reforma constitucional del pasado diciembre. Y es seguro que, esta vez, habrá una movilización parecida para impedir, o al menos atenuar, el riesgo de alteración indebida de los resultados.

Pregunto a mis amigos, disfrutando de un desayuno con arepas y queso blanco -manjar que, felizmente, la revolución bolivariana no ha conseguido deteriorar todavía-, por qué el régimen chavista no ha logrado instaurar en Venezuela los instrumentos coercitivos e intimidatorios -como los Comités barriales y distritales de la Revolución en la Cuba castrista, por ejemplo- que en todas las sociedades autoritarias paralizan a la sociedad civil y la enmudecen y permiten al régimen clausurar todos los espacios de libertad y de crítica al poder. Quien me da una explicación muy convincente es Teodoro Petkoff, fundador del M.A.S. (Movimiento al Socialismo, al que renunció el mismo día que esta organización decidió apoyar a Chávez), ex guerrillero, ex preso político, con dos fugas novelescas de la prisión, y, ahora, director de periódico y uno de los más lúcidos analistas políticos de Venezuela.

Desde que cayó la dictadura de Pérez Jiménez, en enero de 1958, hasta la subida al poder del comandante Hugo Chávez, en 1999, es decir, durante unos cuarenta años, los venezolanos disfrutaron de gobiernos que, no importa cuáles fueran sus fracasos en el campo económico y social, garantizaron las libertades públicas, celebraron elecciones libres y respetaron el derecho de expresión y de crítica. Estas prácticas democráticas calaron profundamente en la sociedad venezolana, y, aunque la corrupción y las malas políticas llegaron a desencantar a un sector vasto del pueblo con los partidos tradicionales y crearon un clima favorable a la prédica populista y revolucionaria y a la figura del caudillo, el hábito de ejercitar la libertad no desapareció y los venezolanos no han renunciado a ella. Por eso, Chávez no ha podido seguir el ejemplo cubano, o soviético, o chino, o islámico, o el de las satrapías militares, de emascular mediante el miedo a una sociedad entera antes de subyugarla. Más aún, ese espíritu independiente y librepensador aclimatado a lo largo de cuatro décadas de vida democrática, se manifiesta incluso en el seno del propio partido de Hugo Chávez, donde las divisiones y las insubordinaciones contra el caudillo hacen que, en las próximas elecciones de noviembre, en algunos estados (incluido el suyo), los candidatos del partido oficialista representen opciones críticas y díscolas a las políticas del propio presidente.

¿Cuántos cubanos hay en Venezuela? Es el secreto mejor guardado del régimen. Nadie lo sabe con certeza. Los cálculos varían entre 10.000 y 30.000. Muchos de ellos son médicos y dentistas y viven, repartidos por el territorio nacional, en las "misiones" o postas sanitarias que prestan servicio en los "ranchitos" o barrios marginales de las ciudades y en el campo. Un número considerable de los cubanos avecindados en Venezuela trabajan en labores de seguridad e inteligencia y, al parecer, tienen la responsabilidad del cuidado de Chávez. Muchos han utilizado a Venezuela como un trampolín para escapar a Estados Unidos, o a Colombia y a Centroamérica, aunque no hay estadística alguna al respecto. Pero, en todo caso, lo seguro es que la presencia de esa amplia comunidad cubana en Venezuela no parece en modo alguno constituir una fuerza adoctrinadora y propagandística a favor del marxismo-leninismo y la utopía comunista. Más bien, de escepticismo y hartazgo con la "revolución".

A este respecto, no me resisto a contar una anécdota que le escuché también a Teodoro Petkoff. Tomó un taxi en el centro de Caracas y fue reconocido por el chofer. Éste era un médico cubano que, en sus ratos libres, hacía de taxista para mejorar sus ingresos. Estaba ya un buen tiempo en Venezuela y, ciertamente, muy contento. Lo que más le alegraba era la abundancia que advertía por doquier, en los almacenes, tiendas y mercados, un gran contraste con los desvaídos y misérrimos puestos de venta de productos domésticos donde se aprovisionan en la isla los cubanos de a pie. Puestos a conversar, el médico-taxista le confesó a Petkoff esta debilidad: "Cuando llegué a Venezuela y vi por primera vez una botella de Coca-Cola, se me llenaron los ojos de lágrimas". Si después de medio siglo de revolución, ese símbolo quintaesenciado del capitalismo despierta semejantes emociones en un cubano nacido y educado bajo la prédica ideológica de Fidel Castro, ¿quién puede dudar que el socialismo en su versión cubana tiene los días contados?

Cuando las sociedades viven períodos traumáticos, generalmente la vida artística y la cultura en general experimentan un apogeo. Venezuela no es una excepción a esta regla. Las carencias y limitaciones que se advierten en otros campos no han empobrecido el trabajo literario, intelectual y artístico, que mantiene altos niveles de creatividad. El Gobierno no ha querido o no ha sabido sobornar a la clase intelectual y artística y ponerla a su servicio. Escritores, profesores, músicos, pintores, actores, han mantenido una gran independencia respecto del régimen y, con muy escasas excepciones, no han aceptado oficiar de propagandistas. Buen número de ellos militan en la resistencia. Las universidades tampoco han sido arrolladas por el régimen y casi todas ellas, tanto públicas como privadas, conservan su independencia y son, en algunos casos, un contrapeso saludable de defensa de la cultura de la libertad a la demagogia revolucionaria gubernamental.

Es sabido que el presidente Chávez promueve su "socialismo bolivariano" a golpe de talonario, o, mejor dicho, de barriles de petróleo, que regala por doquier, o vende a precios preferenciales, a los países a los que quiere incorporar a su órbita de influencia. De este modo, un gran porcentaje de los recursos del país salen al extranjero a beneficiar a otros pueblos en vez del venezolano. Escuché en mi breve visita muchas críticas y de todo orden contra el régimen, pero ni una sola vez oí a un venezolano quejarse de esos dispendios chavistas a favor de bolivianos, nicaragüenses, argentinos, ahora paraguayos, etcétera. ¿Por qué? Sin duda porque aquel espíritu solidario, sacrificado y generoso que llevó a ese pequeño y pobre país que era la Venezuela de donde salieron a regar su sangre por la libertad de América tantos millares de venezolanos a comienzos del siglo XIX, sigue llameando en los corazones de sus descendientes.

© Mario Vargas Llosa, 2008.

fuente: Tribunas, El Pais.com/opinion

http://albertofuguet.blogspot.com/

elogio al padastro agosto 23, 2008

El fundador (literario) de la patria

miércoles, 20 de agosto de 2008

cortometrajes

mencionado en mi otro blog...."mis opciones para ver cine en casa" julio/13/08 Realmente vale la pena entrar de vez en cuando, y ver algunos cortos hechos con mucha creatividad. The Screening Room (pinchar aca)

sábado, 9 de agosto de 2008

Cristian Warnken Lihn, es un poeta, profesor, escritor; además de conductor de un programa cultural de entrevistas (antes "La belleza de pensar"); ahora conduce con un nombre parecido "Una belleza nueva" en otro canal de television abierta chileno. Conocido y querido por muchos a través de sus programas en los que además de transmitir temas muy interesantes, por la profundidad, calidez con la que llega a la gente. En mi otro blog lo he mencionado e incluido; iré dejando alguno de sus artículos escritos para El Mercurio en este, creo tener muchos de ellos y que no todos han tenido la oportunidad de leer. Ropa usada - Cristian Warnken

Yamuna cree en la reencarnación y en Krishna, y vende ropa usada. Desde que lo conocí, ya no compro mis prendas de vestir en las tiendas: él aparece como un "avatar" en mi casa, con dos bolsos, de los que salen chaquetas, pantalones, chalecos de todos los tipos y tallas. Y salen y salen de esas bolsas que se ven pequeñas, pero en las que parece caber toda la ropa usada del mundo, como si no tuvieran fondo.

Yamuna cree en la reencarnación, y cada vez que viene aprendo algo más del hinduismo, tal vez la religión más antigua del mundo, y mientras me pruebo las chaquetas de cuero que siempre me quedan cortas de mangas, siento que soy por un momento Arjuna, al que Krishna viene a decir lo que hay que hacer en el campo de batalla.

Yamuna sonríe cada vez que me habla de la muerte, la reencarnación, el dolor, y no me extraña: alguien dijo una vez que el dios que vendrá será un dios que ría y baile.

Yamuna cree que el cuerpo es sólo una morada pasajera, la cáscara que botaremos cuando superemos nuestros karmas, cuando evolucionemos, cuando aprendamos en esta escuela -la vida- que fue regalada a nuestra alma.

Yamuna ríe cuando le muestro el hermoso chaleco que escogí y en el que no quepo.

A veces siento que toda esta ropa usada por otros muestra de verdad lo que son nuestros cuerpos: ropa que, al usarse, se botará, para que la recoja otro en otra vida. ¿Para qué esmerarse en tener ropa nueva y bella, si nosotros seremos los primeros en caducar, antes que los impermeables, las chaquetas, los zapatos, que nos sobrevivirán?

Pienso en todos los que se habrán ido y habrán usado estos pantalones que me pruebo, en los muertos que nadie recuerda y cuya intimidad yo invado cada vez que compro una prenda de vestir a Yamuna. Y empiezo a entender y a gustar de esa provisionalidad, a saber que todo, la ropa que vestimos, las cosas que usamos, nosotros mismos, seremos pasados a otros, en una posta infinita, en la que lo nuevo será irrisorio, y lo usado, un valor. Un mundo de canje, trueque, un mundo donde todo será reciclado, porque hasta nuestros cuerpos serán reciclados por la tierra, y la tierra, reciclada en el cosmos. Es cosa de ver una supernova, su explosión fulgurante que regala carbono, hidrógeno, materia para que se formen otras estrellas. Porque así nacimos, nuestro planeta y nosotros: de un reciclaje infinito de polvo de estrellas.

Yamuna lleva el "Bhagavad Gita" en su bolso, uno de los libros más bellos jamás escritos. Cada vez que lo lee, caigo en trance y cierro los ojos, y huelo incienso que embriaga, y al probarme una hermosa camisa casi nueva, siento que yo y la camisa y Yamuna y todo lo que nos rodea desaparecerá en una danza, al final de la cual aprenderemos que la realidad es ilusión.

¿Y el amor, y los lazos, y lo que nos ata a la tierra? Puro apego. Eso me repite Yamuna: apego que esconde el verdadero rostro del verdadero amor. Me cuenta la historia de un rey que era muy solo y pidió a un dios tener un hijo, y se le dijo que al tenerlo, conocería el amor, pero también el dolor, porque el amor es apego y apego da dolor. El hijo llegó, él lo crió, le dio todo... pero el niño murió, y el hombre cayó en una honda desesperación y se convirtió en un vagabundo.

Hasta que los dioses le pidieron al alma del niño que volviera a calmar a su padre. "¿Cuál padre?" -preguntó el niño-. Había olvi-dado al último de entre muchos padres que había tenido en sucesivas reencarnaciones.

Yamuna sonríe, con dulzura. Lo miro y pienso: ¿De dónde saca toda esta ropa Yamuna? Y si él es otro, ¿quién es de verdad Yamuna? ¿Será tal vez la reencarnación del mismo rey del cuento, el que perdió al hijo? Me despido de él, cierra sus bolsos sin fondo, y no sé si volverá de nuevo, o en otra forma, o en otro universo. Me vuelvo a probar mi hermosa y vieja chaqueta "nueva" frente al espejo, me miro, y me pregunto: "Pero, ¿quién eres tú, quién eres, con esa chaqueta que fue de otro, en un espejo que sólo muestra el reflejo de una ilusión?".

jueves, 7 de agosto de 2008

Vertigo - Ismael Serrano

Ismael Serrano - Vertigo Letra: Ismael Serrano Música: Ismael Serrano

Recibiré postales del extranjero, tiernas y ajadas, besos, recuerdos. ¿Cómo están todos? Te echo de menos. Cómo pasa el tiempo... Seremos otros, seremos más viejos, y cuando por fin me observe en tu espejo, espero al menos que me reconozca, me recuerde al que soy ahora. Aquellas manos, aquella mujer, aquel invierno no paraba de llover, perdona que llegue tan tarde, espero saber compensarte. Estás tan bonita, te invito a un café, la tarde es nuestra, desnúdame. Tras el relámpago te decía: "Siempre recogeré flores en tu vientre". Otro hombre dormirá contigo y dará nombre a todos tus hijos. Ven, acércate a mí, deja que te vea, que otras primaveras te han de llevar muy lejos de mí.

Vértigo, que el mundo pare, que corto se me hace el viaje. ¿Me escucharás, me buscarás, cuando me pierda y no señale el norte la estrella polar?

Las frías mañanas en la facultad, tú casi siempre huías conmigo al bar, y me enfadaba si preferías el aula a mi compañía. Sobre la mesa botellas vacías, qué sano es arrancarte esa risa, y ahora cambiemos el mundo, amigo, que tú ya has cambiado el mío. ¿Qué haré cuando te busque en la clase, y mi eco me responda al llamarte? Otros vendrán y me dirán que te marchaste, que te cansaste ya de esperar.

Vértigo, que el mundo pare, que corto se me hace el viaje. ¿Me escucharás, me buscarás, cuando me pierda y no señale el norte la estrella polar?

Y la ronquera, los traicioneros nervios, que me atacan antes de cada concierto, viejas canciones, antiguos versos, que espero retenga algún eco. Y en el futuro espero, compañero, hermanos, ser un buen tipo, no traicionaros. Que el vértigo pase y que en vuestras ventanas luzca el sol cada mañana. Pero basta de lamentos, brindemos, es el momento, que estamos todos y no falta casi nadie, que hay que apurar la noche que acaba de empezar.

Vértigo, que el mundo pare, que corto se me hace el viaje. ¿Me escucharás, me buscarás, cuando me pierda y no señale el norte la estrella polar?

martes, 5 de agosto de 2008

Asunción de tí - Mario Benedetti

1 Quién hubiera creído que se hallaba sola en el aire, oculta, tu mirada. Quién hubiera creído esa terrible ocasión de nacer puesta al alcance de mi suerte y mis ojos, y que tú y yo iríamos, despojados de todo bien, de todo mal, de todo, a aherrojarnos en el mismo silencio, a inclinarnos sobre la misma fuente para vernos y vernos mutuamente espiados en el fondo, temblando desde el agua, descubriendo, pretendiendo alcanzar quién eras tú detrás de esa cortina, quién era yo detrás de mí. Y todavía no hemos visto nada. Espero que alguien venga, inexorable, siempre temo y espero, y acabe por nombrarnos en un signo, por situarnos en alguna estación por dejarnos allí, como dos gritos de asombro. Pero nunca será. Tú no eres ésa, yo no soy ése, ésos, los que fuimos antes de ser nosotros. Eras sí pero ahora suenas un poco a mí. Era sí pero ahora vengo un poco a ti. No demasiado, solamente un toque, acaso un leve rasgo familiar, pero que fuerce a todos a abarcarnos a ti y a mí cuando nos piensen solos. 2 Hemos llegado al crepúsculo neutro donde el día y la noche se funden y se igualan. Nadie podrá olvidar este descanso. Pasa sobre mis párpados el cielo fácil a dejarme los ojos vacíos de ciudad. No pienses ahora en el tiempo de agujas, en el tiempo de pobres desesperaciones. Ahora sólo existe el anhelo desnudo, el sol que se desprende de sus nubes de llanto, tu rostro que se interna noche adentro hasta sólo ser voz y rumor de sonrisa. 3 Puedes querer el alba cuando ames. Puedes venir a reclamarte como eras. He conservado intacto tu paisaje. Lo dejaré en tus manos cuando éstas lleguen, como siempre, anunciándote. Puedes venir a reclamarte como eras. Aunque ya no seas tú. Aunque mi voz te espere sola en su azar quemando y tu dueño sea eso y mucho más. Puedes amar el alba cuando quieras. Mi soledad ha aprendido a ostentarte. Esta noche, otra noche tú estarás y volverá a gemir el tiempo giratorio y los labios dirán esta paz ahora esta paz ahora. Ahora puedes venir a reclamarte, penetrar en tus sábanas de alegre angustia, reconocer tu tibio corazón sin excusas, los cuadros persuadidos, saberte aquí. Habrá para vivir cualquier huida y el momento de la espuma y el sol que aquí permanecieron. Habrá para aprender otra piedad y el momento del sueño y el amor que aquí permanecieron. Esta noche, otra noche tú estarás, tibia estarás al alcance de mis ojos, lejos ya de la ausencia que no nos pertenece. He conservado intacto tu paisaje pero no sé hasta dónde está intacto sin ti, sin que tú le prometas horizontes de niebla, sin que tú le reclames su ventana de arena. Puedes querer el alba cuando ames. Debes venir a reclamarte como eras. Aunque ya no seas tú, aunque contigo traigas dolor y otros milagros. Aunque seas otro rostro de tu cielo hacia mí.

solo leidos....algunos guardados

exactamente es así. Nunca fui muy asidua lectora de poemas. Solo recuerdo un libro que me regalaron.... muchos me gustaron, y así me abrieron un poco mas la curiosidad por leerlos; o por lo menos, no rechazarlos. Imposible nombrar a tantos poetas que me han gustado. Empezando por Neruda, Gabriela Mistral y los de la casa.... Benedetti y tantos mas... Iré dejando esos poemas que he leído y guardado, y que ahora encontré un lugar no solo para eso, sino además compartir....

domingo, 3 de agosto de 2008

El diplomático y la mujer - Rodericus

Rodericus, nombre con el que escribe este cronista en El Mercurio y que no dejo de leer por sus simples y sabias palabras generalmente. Dejare acá el de la semana que recién paso, por el tema que me concierne por los dos lados de la moneda.... Creo ademas que indicado para ser el primer "copy-paste" de este blog. El diplomático y la mujer

A más de alguien podrá extrañar el título de esta crónica, sentimiento que quizás se acentúe al percibir usted, querido lector, que no referiré ninguna anécdota que justifique esta denominación. Quiero aludir a una posible similitud entre ambos personajes.

El diplomático, en su discreto silencio, no siempre deja entrever las reales intenciones del Estado o del gobierno que representa.

Una mujer, con su femenina astucia, tampoco manifiesta abiertamente los deseos de su corazón. Más aún, uno y otra hablan con lenguajes cifrados, pues generalmente ocultan lo que quieren e inducen a creer que tienen ciertas intenciones, cuando en realidad pretenden algo distinto.

Aunque no por las mismas razones, tanto el diplomático como la mujer suelen callar lo que buscan, y buscar lo que callan. No es que engañen; simplemente, son respuestas a dos modos de ser: el primero, por su vocación; la segunda, de acuerdo con su naturaleza.

Por supuesto, hay también matices en este paralelismo. Un representante ante una nación extranjera está de paso, ya que su labor es transitoria. En cambio, una mujer es siempre igual, pues si hay algo que no cambia son las características de ella, así como las invariables dificultades masculinas para comprender el intrincado mundo femenino.

RODERICUS