domingo, 20 de septiembre de 2009

La triste historia del pícaro Juanito (El País)

La triste historia del pícaro Juanito
Juan y Juana son los nombres más frecuentes de la lista de electores en México

SABINO BASTIDAS COLINAS 08/09/2009

Juan y Juana son los nombres más frecuentes de la lista de electores en México. Juanito también fue el nombre de la mascota del mundial de fútbol México 70, un sonriente niño panzón, con la camiseta zancona y el ombligo fuera, con un gran sombrero ranchero que sostiene un balón en los pies.

Juanito es un nombre tan común en México que hace 27 años, en un equipo de fútbol infantil que jugaba en el barrio de Iztapalapa en la ciudad de México, once de sus quince integrantes se llamaban Juan, por lo que el equipo adquirió el nombre de "los juanitos", entrenados entonces por un joven de nombre Rafael Acosta Ángeles, quien desde entonces, carga por la vida con el mote o el apodo de Juanito.

Esta anécdota no tendría la menor relevancia si no fuera porque ese Juanito, una persona común y corriente, un ciudadano anónimo y oscuro del barrio de Iztapalapa, se ha convertido, por azares del destino, en razón de los nuevos juegos de la joven democracia mexicana, y gracias a la euforia de los medios de comunicación, en un político estelar y en un curioso personaje mediático.

Juanito goza hoy de los quince minutos de gloria de los que hablaba Andy Wharhol, pero sin duda entra a los medios convertido, de manera súbita, en un personaje interesante que se inserta en la más rancia tradición de la picaresca y el costumbrismo político mexicano.

Se trata de un personaje curioso y ambiguo que no es fácil ubicar a la ligera en la tragedia o en la farsa. Pudo ser extraído lo mismo de una novela de Dostoievsky, que de una película de Cantinflas.

Es un hombre como tantos que viven en los barrios, favelas y chabolas de las grandes ciudades de América Latina.

No es propiamente un héroe, salvo por el hecho de que sobrevivir en las zonas pobres de la ciudad de México resulta, por momentos, casi heroico. Es de alguna forma sí, una especie de antihéroe.

Nuestro personaje es el irrenunciable protagonista de novela costumbrista. Un Lazarillo de Tormes o un Periquillo Sarniento contemporáneo. Un verdadero pícaro. Un pícaro posmoderno. Un pícaro folclórico.

Juanito es un hombre ignorante que ha sido de todo: entrenador de fútbol, parte del espectáculo de la llamada lucha libre, vendedor ambulante, extra en películas de ficheras, taxista, acarreador en mítines políticos, golpeador de manifestaciones, hasta llegar por casualidad a ser hoy el Jefe Delegacional electo, una especie de Alcalde del barrio de Iztapalapa, que tiene más de tres millones de habitantes y que constituye una de las zonas más pobres y conflictivas de la capital de México.

Juanito es un hombre que dice vivir de un pequeño negocio de helados y de cinco puestos en un tianguis o mercado informal e ilegal, que se ubica también en el barrio de Iztapalapa. Tiene dos hijos y le mataron a otro en una balacera afuera de su casa.

Tiene cierta facilidad de palabra, ignorante, rijoso, fanfarrón y peleonero. Ha estado detenido en delegaciones de policía e internado en hospitales de asistencia debido a pleitos y riñas de la más diversa índole. Poco a poco empezó a participar en grupos de izquierda, colaboró en manifestaciones y en acciones de resistencia civil, se afilió al PRD y se vinculó al movimiento del ex candidato a la Presidencia Andrés Manuel López Obrador. Los conflictos en ese partido lo llevaron a renunciar y en 2008 se cambió al Partido del Trabajo, una organización menor de izquierda, por el que logró en 2009 la candidatura a Jefe Delegacional por Iztapalapa.

Se trataba de una candidatura testimonial y sin importancia, sin ninguna posibilidad real de triunfo.

Es difícil explicar en breve todo lo que pasó después. Por pleitos internos en la izquierda, el Tribunal Electoral eliminó a la candidata del PRD que estaba inscrita en las boletas a favor de otra perredista. Faltaban tres semanas para la elección. Entonces López Obrador ideó una estrategia política francamente surrealista, por medio de la cual todo el movimiento apoyaría a Juanito, el candidato del PT, bajo la condición y la promesa pública de que una vez en el cargo, renunciaría para dejar a la candidata retirada por disposición del Tribunal Electoral.

En síntesis todo era una argucia legal, una simulación, para darle la vuelta a lo mandado por el Tribunal Electoral.

Así las cosas, Juanito, un ciudadano ninguneado, en un acto verdaderamente indignante -López Obrador ni su nombre ni su apodo se sabía al pedirle en un mitin que jurara ceder la victoria-, aceptó el arreglo de convertirse en una especie de candidato de paja o prestanombres, para simular una elección, hacer campaña, ganar con el apoyo de los grupos de izquierda lopezobradoristas y posteriormente renunciar para entregar la delegación a la candidata de López Obrador.

Se especulaba mucho si Juanito podría o no ganar su elección. Y resulta que en las elecciones del 5 de julio Juanito finalmente ganó.

A partir de entonces, Juanito ganador se dio cuenta de lo que significaba ser el Jefe Delegacional electo, empezó a dar entrevistas, conoció su oficina, lo pensó muy bien y decidió "que siempre no". Que no renunciaba.

Algunos dicen que enloqueció, pero desde entonces Juanito da entrevistas diario, atiende a medios locales e internacionales y habla de todo. Declaró incluso que ya piensa en su candidatura a la Presidencia en el 2012 y en la posibilidad de hacer un partido político nacional.

Lo usaron y hoy los usa. Marrullero, tramposo, mentiroso y astuto, en síntesis pícaro, hoy amaga con traicionar a quienes traicionaron de alguna forma su dignidad y su condición de ciudadano.

Hoy este anodino personaje, gracias a la democracia, se encuentra, con todas sus limitaciones, a las puertas del poder de Iztapalapa.

Hoy todos los mexicanos tenemos ya una opinión de Juanito y todos hablamos de Juanito. Es una "estrella" de televisión, cuyo drama ocupa el interés de todos. En nuestra sociedad de consumo de medios era de esperarse. Juanito dice que incluso ya le han propuesto filmar telenovelas y hasta películas.

Ya está integrando su equipo de trabajo, está haciendo recorridos por su demarcación, respondiendo todos los días a las presiones, las protestas y las exigencias de quienes lo llevaron al poder.

Juanito, que por cierto usa una curiosa cinta tricolor con su nombre en letras negras alrededor de la frente, se ha convertido de la noche a la mañana en un episodio bufo, que exhibe a la democracia mexicana y a sus elites.

Dice Héctor Aguilar Camín que "Juanito es el rey bobo de nuestro carnaval político, el tonto listo del pueblo" y José de la Colina apunta "Juanito era manipulado, pronto, jejejé, aprendió a ser manipulador."

En las calles de Iztapalapa sus seguidores, que ya los tiene y muchos, le dicen: "No te vayas" y con frecuencia gritan: "Todos somos Juanito". Y en cierta forma tienen razón. Juanito es un ciudadano tipo. Fiel reflejo de nuestro ingreso medio y de nuestro promedio educativo. Muestra representativa de la ciudadanía, que es materia prima de la democracia.

En Juanito se sintetizan los vicios, las perversiones y las imposibilidades de la democracia mexicana. Su ignorancia y su necesidad son los dos grandes obstáculos para consolidar una democracia de calidad.

Ciudadano de membrete, con la posibilidad constitucional, formal y nominal de llegar al poder, pero resignado siempre a perder, a no ser, a no llegar, porque la democracia es un asuntos de elites, de partidos cerrados y de mucho dinero, en la que el ciudadano común puede votar, pero difícilmente ser votado.

Hoy Juanito, por azares del destino, y gracias a su falta de palabra y al entorno cínico en que vivimos, tiene la oportunidad de acceder y permanecer realmente en el poder, como quien se saca la lotería. Juanito juega una especie de revancha. Una venganza con cierta legitimidad.

En Juanito se exhibe la democracia convertida en demagogia por nuestras izquierdas. Juanito se ha convertido en el icono de una izquierda populista y manipuladora que usa y abusa de los más ignorantes y de los que menos tienen. Pone de manifiesto a líderes de izquierda, que en el juego político, han olvidado el verdadero sentido de su lucha.

En Juanito se exhibe también la elite mexicana, con su sorpresa al ver que llega al poder un hombre real, de verdad, del pueblo. Juanito se ha convertido en anatema y burla de las elites ilustradas de México, que en los restaurantes caros y en las salas de postín de la capital se mofan del hecho, culturalmente imposible, incomprensible, de que acceda al poder un personaje del pueblo, ignorante y descastado, sin padrino y sin diploma en Harvard. Porque Juanito es para muchos un hombre que por supuesto "no sabe gobernar". Frase que es eco y resonancia de la discriminación, el racismo y el clasismo que persisten en nuestro país.

Las elites de izquierda y de derecha, en este tema, se toman del brazo y caminan juntas por el sendero de la democracia formal. En Juanito se exhibe la pobreza y las limitaciones reales de una democracia que no puede quedarse sólo en el procedimiento para elegir, mientras no sea capaz de crear, cultural, social y económicamente, condiciones reales de igualdad social.

Juanito es como Sancho Panza en la Ínsula Barataria, o como Juan Vargas en la película La Ley de Herodes del cineasta Luis Estrada, un gobernante por casualidad.

En este caso se prueba claramente la existencia de un lamentable oxímoron: el de una democracia aristocrática.

No es un juego de palabras. Bueno fuera, que solo se tratara de un juego de palabras. Es un juego de espejos y de realidades. Democracias que no lo son, que le apuestan a un ejercicio cerrado de elites, que desde la izquierda y la derecha manipulan para conservar un statu quo, que garantiza sociedades desiguales, de privilegios y de castas. Sociedades finalmente injustas.

El pícaro Juanito puede o no renunciar. El desenlace de esta historia se verá en unas semanas (su toma de posesión es el primero de octubre). Su historia para algunos puede resultar cómica. En el fondo, si la piensa uno bien, es una historia muy triste. Triste para él, y triste para todos los que estamos empeñados en que México se convierta, algún día, en un país de verdad democrático.

martes, 25 de agosto de 2009

casi una "herejia" con ellos....

sin ningún ánimo de molestarlos, ya que me considero, al igual que el que escribe este artículo, una admiradora de los dos escritores acá nombrados.... Solo que me pareció muy acertado y concuerdo con lo dicho TRIBUNA: EDMUNDO PAZ SOLDÁN Vargas Llosa, Marías y la utopía arcaica EDMUNDO PAZ SOLDÁN 22/08/2009 Hay pocos escritores vivos que admiro más que Mario Vargas Llosa y Javier Marías. He leído toda su obra, he escrito sobre ellos, los he enseñado. Cuando me piden que mencione mis libros de cabecera, siempre incluyo títulos como Conversación en La Catedral o Mañana en la batalla piensa en mí. Creo entender las pulsiones principales que subyacen en sus novelas, incluso en muchas de las ideas que no comparto de sus ensayos. La parte en la que ambos me pierden es su incapacidad para entender los cambios tecnológicos de la época, la forma que tienen de concluir que gracias a esos cambios la literatura se empobrece. Hace algunos meses Marías atacó los blogs, a los que llamó esa "región ocultamente furibunda" debido a la cantidad de insultos y veneno que uno encuentra en la sección de comentarios. El escritor español declaró que no entendía que hubiera tantos escritores que llevaran blogs, y mucho menos el lado interactivo de los blogs: "¿Cuál es la gracia de estas tertulias escritas? ¿Ver que uno provoca reacciones? ¿Tener la comprobación inmediata de que lo que expone no cae en el vacío?". En cuanto a Vargas Llosa, el hispanoperuano se declaró hace poco ferviente defensor del papel, que "infunde un respeto casi religioso al escritor", y dijo, contundente: "Si la literatura se hace sólo para las pantallas se empobrecerá, porque la pantalla hace que pierda profundidad y riesgo". Vargas Llosa terminó creando una falsa dicotomía entre el libro y la máquina: "La gran amenaza son las máquinas que puedan acabar con el libro. No sabemos qué va a pasar con ese desafío para la literatura que es la pantalla". Es curioso ver cómo la introducción de una nueva tecnología produce tanta ansiedad en la cultura libresca y hace que aparezca un tono apocalíptico en sus defensores. Para citar un ejemplo emblemático: cuando en 1895 los hermanos Lumière inventan el cinematógrafo, el escritor mexicano Amado Nervo señala que el cine, junto al fonógrafo, producirá como resultado "no más libros; el fonógrafo guardará en su urna oscura las viejas voces extinguidas; el cinematógrafo reproducirá las vidas prestigiosas". Un nuevo medio produce siempre desplazamientos en la ecología de medios preexistente. Para la literatura hay un antes y un después del cine, de la televisión, de Internet. Eso no significa que las cosas tengan que ir para peor. ¿Qué hubiera pasado durante el siglo veinte si los escritores se hubieran cerrado a las posibilidades creativas de los nuevos medios? Por hablar sólo del cine, es extensa la lista de escritores que registran en su obra el impacto, tanto en la forma como en el contenido: Joyce, Dos Passos, Cabrera Infante, Puig, etcétera. La misma relación de Marías y Vargas Llosa con el cine es fundamental. Marías tiene razón: los bloggers deben lidiar con el veneno de los comentarios. Pero eso no es nuevo en la literatura: lo que hacen los blogs es explicitar esa mala leche que siempre está ahí, en algunos lectores y colegas. Eso no significa que haya que eliminar de cuajo al blog; se trata de un nuevo género literario, y más temprano que tarde hablaremos de grandes bloggers, así como lo hacemos de grandes ensayistas o cuentistas. Vargas Llosa tiene razón: no sabemos qué pasará con la literatura ante los nuevos desafíos tecnológicos. Lo que sí es seguro es que hay niños y adolescentes que algún día serán escritores y que hoy tienen "un respeto casi religioso" por la pantalla. Concluir que no habrá "profundidad y riesgo" en la literatura escrita por ellos es, cuando menos, apresurado. Y cuando más, arcaico. Babelia. El Pais.com

martes, 28 de julio de 2009

Amor condusse noi ad una morte - Xavier Villaurrutia

Amar es una angustia, una pregunta, una suspensa y luminosa duda; es un querer saber todo lo tuyo y a la vez un temor de al fin saberlo. Amar es reconstruir, cuando te alejas, tus pasos, tus silencios, tus palabras, y pretender seguir tu pensamiento cuando a mi lado, al fin inmóvil, callas. Amar es una cólera secreta, una helada y diabólica soberbia. Amar es no dormir cuando en mi lecho sueñas entre mis brazos que te ciñen, y odiar el sueño en que, bajo tu frente, acaso en otros brazos te abandonas. Amar es escuchar sobre tu pecho, hasta colmar la oreja codiciosa, el rumor de tu sangre y la marea de tu respiración acompasada. Amar es absorber tu joven savia y juntar nuestras bocas en un cauce hasta que de la brisa de tu aliento se impregnen para siempre mis entrañas. Amar es una envidia verde y muda, una sutil y lúcida avaricia. Amar es provocar el dulce instante en que tu piel busca mi piel despierta; saciar a un tiempo la avidez nocturna y morir otra vez la misma muerte provisional, desgarradora, oscura. Amar es una sed, la de la llaga que arde sin consumirse ni cerrarse, y el hambre de una boca atormentada que pide más y más y no se sacia. Amar es una insólita lujuria y una gula voraz, siempre desierta. Pero amar es también cerrar los ojos, dejar que el sueño invada nuestro cuerpo como un río de olvido y de tinieblas, y navegar sin rumbo, a la deriva: porque amar es, al fin, una indolencia.

domingo, 26 de julio de 2009

Travesias vitales - Rodericus

Travesías vitales Las travesías existenciales forman parte de la vida. Sin ellas, la realidad sería muy tenue y poco vistosa. Alguien podría objetar esta idea señalando que basta con vivir para conocer los desafíos. Sin embargo, y en términos más precisos, creo que hay vidas que niegan posibilidades a la vida, así como hay otras que se arriesgan mucho más. El temperamento y las circunstancias inciden mucho en este aspecto. Decidirse es dar lugar no sólo a la posibilidad del acierto, sino, obviamente, también del error. La travesía, el viaje, el peregrinaje, son las páginas que hay que ir escribiendo -y, retrospectivamente, leyendo- mientras estamos en el tiempo. Para cada uno su propia vida tiene algo de novela de suspenso, por la incertidumbre respecto de lo que viene; de libro de historia, por el pasado que se puede contar; de obra de teatro, por sus personajes, diálogos, tensiones y escenarios. Estos distintos géneros literarios, separados en la ficción, se mezclan en la realidad de cada sujeto y configuran una historia propia e irrepetible. Ningún guión está escrito de antemano, sino que se va haciendo de a poco, tanto para quien se expone más como para quien se retrae. Pero qué interesante sería, para unos y otros, que la navegación final fuese un acto de síntesis y de redención. RODERICUS

jueves, 11 de junio de 2009

Caja negra - Cristian Warnken (El Mercurio 11/6/09)

¡Qué soledad la de los 228 pasajeros que murieron en pleno vuelo, en el Atlántico! ¿Qué pensaron, qué sintieron en el minuto final? ¿Supo el capitán que todo estaba perdido, y que él se convertiría en un pasajero más de un avión rumbo al abismo? ¿Están solos, irredimiblemente solos los que mueren, los que están muriendo en este mismo instante en que escribo? Creemos que una infranqueable y cómoda distancia nos separa de los que mueren todos los días y cuyos nombres y fotografías aparecen en las portadas o en los obituarios de los diarios. Observamos desde nuestra condición de voyeristas el desfile interminable de la morgue del mundo. Tomamos palco ante la muerte de los otros. Los que nos salvamos -por ahora- de que la muerte (oh, mar sin fondo) llegue a nuestra orilla, creemos ser parte de una inmensa mayoría inmune a la nada. Pero los vivos somos menos que los muertos, siempre seremos menos, siempre. Más son los que han cruzado la delgada línea que los que permanecemos aquí, en esta sala de espera convertida en salón de fiestas de disfraces. Se baila, con la máscara aferrada al rostro, con el puño apretado a una cédula de identidad (un puñado de hierbas secas en la mano de un niño). Se celebra como celebran los condenados a muerte, pero sin saber que vamos a morir. Nadie cree que éste será el último cigarro, la última copa. Qué absurdo, qué comedia tan torpe: no querer saber la verdad, y esconderse de la muerte así, agazapados al final del pasillo, mientras el avión cae... Sí, porque el avión está cayendo, y no deja de caer, nave pesada e inútil a merced del aire. Y todos vamos dentro de la misma nave, no hay pasajeros de primera ni de segunda, y caeremos y seguiremos cayendo en caída libre, y nos hundiremos con nuestra pobre máscara al fondo del mar. Y cuando descubran nuestra caja negra -si la descubren-, ella dirá la única verdad de este viaje incierto: que debimos habernos por lo menos mirado un segundo a la cara antes de caer, para descubrir que tú eras yo, y ella él. Qué tarde para descubrirlo, cuando es el rostro de la muerte el que acapara nuestra última mirada. Cuando la muerte nos devore los ojos, lamentaremos habernos aferrado al contorno nítido e ilusorio de nuestras islas. Y descubriremos tarde que no éramos islas, sino archipiélagos, rodeados de mar, de un inmenso mar. Maldito sea el día en que nos convencimos de que éramos "individuos". Maldito el día en que levantamos muros insomnes para no soñar con los otros. Maldito el día que olvidamos el útero común del que venimos -la nada o lo desconocido- y la mortaja final que nos espera: la fosa común del universo. Maldito el día en que dejamos de ser polvo de estrellas para aislarnos en nuestros precarios planetas personales. Los restos que el mar está devolviendo en estos días no son los restos de los "otros", son nuestros propios restos. Sangre de nuestra sangre, huesos, húmeros nuestros. Un pedazo de nosotros mismos está siendo identificado ahora, material genético de nuestra identidad más escondida y remota, esa de la que huimos como niños egoístas que se llevan la pelota para la casa. Hasta que descubrimos -como descubren los niños- que no se puede jugar solos, ni llorar solos, ni reír solos. Y entonces entramos otra vez al avión que cae y abrazamos al pasajero que está al lado nuestro y le decimos "no te mueras". Por favor, no te mueras. No te mueras, porque si te mueres, yo soy hombre muerto. Porque yo soy tú y tú eres yo, y eso es lo único que nos fue dado saber en este baile de máscaras. Y el primer hombre que se arranque la máscara de cuajo y rompa el guión, se dará cuenta de que le crecieron alas en la espalda y volará, y dejará de caer, y no le quemará el sol las alas, y en el espejo flotante de las olas descubrirá que su rostro está hecho de los miles de rostros que hemos perdido en el mar. Y el mar será una inmensa caja negra abierta.

viernes, 28 de noviembre de 2008

"El viajero toma prestadas las rutas que, aún antes de empezar su recorrido, lo esperaban desde siempre" Franz Kafka 1922

domingo, 14 de septiembre de 2008

Locuras...

Silvio Rodriguez - Locuras hay locuras para la esperanza.... ... que son poesía. hay locuras, sin nombre, sin fecha, sin cura..... que no vale la pena curar. PD. la había oído antes sin saber de quien era, la encontré en el blog de R. Arancibia y no pude dejar de ponerla acá. (previo aviso...)

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miércoles, 10 de septiembre de 2008

algo que lei por ahi...... Carta de Khalil Gibrán

"Para vivir es necesario coraje. Tanto la semilla intacta como la que rompe su cáscara tienen las mismas propiedades. Sin embargo, sólo la que rompe su cáscara es capaz de lanzarse a la aventura de la vida. Esta aventura requiere una única osadía: descubrir que no se puede vivir a través de la experiencia de los otros, y estar dispuesto a entregarse. No se puede tener los ojos de uno, los oídos de otro, para saber de antemano lo que va a ocurrir; cada existencia es diferente de la otra. No importa lo que me espera, yo deseo estar con el corazón abierto para recibir.

Que yo no tenga miedo de poner mi brazo en el hombro de alguien, hasta que me lo corten. Que yo no tema hacer algo que nadie hizo antes. Déjenme ser tonto hoy, porque la tontería es todo lo que tengo para dar esta mañana; me pueden reprender por eso, pero no tiene importancia. Mañana, quién sabe, yo seré menos tonto.

Cuando dos personas se encuentran, deben ser como dos lirios acuáticos que se abren de lado a lado, cada una mostrando su corazón dorado, y reflejando el lago, las nubes y los cielos. No logro entender porqué un encuentro genera siempre lo contrario de esto: Corazones cerrados y temor a los sufrimientos."

sábado, 6 de septiembre de 2008

Asafa Powel / Usain Bolt

a pesar de las tormentas tropicales y damnificados en Jamaica, ellos siguen dando que hablar y encabezando titulares en Atletismo. Ojala puedan regresar juntos, tanto estos acá nombrados como el resto que se lucieron tanto en Beijing, y así el país dejar de lado por un momento las preocupaciones y darse el gran gusto de recibirlos como se merecen. Noticia en El País (España) de hoy sábado.

Contra Powell y los elementos

Bolt gana en Bruselas con 9,77s, un gran tiempo para su pésima salida, el viento y el frío

El jamaicano, vigente récordman de los 100m, impone su zancada ante su compatriota en la reunión de Bruselas

El pasado lunes, Asafa Powell lanzaba un órdago a Usain Bolt tras parar el cronómetro en 9.72. La cifra rubricada por el jamaicano en Lausana hacía temblar el récord mundial de los 100 metros lisos obtenido por su compatriota en los Juegos Olímpicos de Pekín, en los que hizo gala de la zancada más demoledora del planeta con una marca de 9.69. Bolt, que devora registros a un ritmo de vértigo, quiso poner las cosas en su sitio en la reunión celebrada en Bruselas, encuadrada en la Golden League, y volvió a demostrar que, a día de hoy y ausente Tyson Gay por sus reiterados problemas físicos, es el auténtico rey del atletismo.

De nada sirvió la excelente trayectoria de Powell sobre el tartán belga. El jamaicano aterrizaba en la cita como el único hombre capaz de bajar de 9.90 en esta pista, pero su desafío se desintegró de forma frenética, en tan sólo 9.77 segundos, el tiempo que tardó Bolt en atravesar la línea de meta y fulminar el sueño de su compañero, que se quedó en 9.83. Las condiciones climatológicas no eran las idóneas para pulverizar el récord del mundo y el viento y el agua depositada en la pista no permitieron una nueva hazaña del caribeño que, no obstante, volvió a ofrecer un gran espectáculo.

La carrera siguió los parámetros previstos. Es decir, una fulgurante salida de Powell y una recta final soberbia de Bolt. Sin embargo, en esta ocasión Asafa añadió una dosis de suspense y desprendió una sensación muy distinta a la de los últimos envites, en los que Usain demostró una superioridad abrumadora. Liberado de la presión que le azota en las grandes citas, Powell acarició la proeza y tan sólo la meteórica progresión de Bolt en los últimos diez metros le privó de la victoria. Pero la batalla por la corona mundial continúa. Y por si acaso, Jamaica volvió a evidenciar que es una gran cuna de velocistas cubriéndose las espaldas con el tercer y cuarto puesto de Carter y Frater. Los 100m se mueven al ritmo del reggae.

Ni Usain Bolt rebajó su récord mundial de los 100 metros (9,69s) ni Asafa Powell lo recobró. El duelo del siglo de anoche, un enfrentamiento que hizo recuperar el espíritu de los veranos de hace dos décadas, cuando Carl Lewis y Ben Johnson se buscaban las cosquillas mutuamente cada tres días, debería ser, pues, catalogado como un gatillazo. Pero no.

jueves, 4 de septiembre de 2008

Mariposas - Cristian Warnken

jueves.... rápidamente y antes de empezar mi rutina de lectura de prensa, me voy directamente a buscar la columna de Cristián Warnken en El Mercurio. Es casi como estar esperando ansiosa la carta o noticia de alguien muy cercano....y bueno, creo que para muchos ya lo es. Hoy (lo suponía....), sobre la triste perdida de las niñitas del accidente en el norte de Chile. Quién mas apropiado para decirles algo, cuando me imagino que los meses pasados desde la perdida de su Clemente serán 9 recién.... No sé, personalmente creo que nada. Tal vez recién le estará permitiendo al tiempo empezar a entrar en "la cura", si es que alguna vez "el tiempo" le cura a los padres ese dolor. Imposible saberlo. Solo lo saben los que lo han pasado. No me atrevo ni a imaginarmelo..... Mariposas

Elisa, María de los Ángeles, Trinidad, Valentina, Eloísa, y las dos Bernarditas y las dos Magdalenas. ¡Qué hermosos nombres! Nunca las conocí, flores de una primavera temprana, cuya vitalidad, pureza y alegría las hizo ser las siemprevivas de los que las amaban. No las conocí, pero sus prematuras partidas me duelen como si fueran las de mis propias hijas.

Dice Rilke en su primera "Elegía del Duino": "Ya no nos necesitan ellos,/ los que se fueron temprano:/ suavemente, uno se va desacostumbrando de lo terrenal,/ así como se emancipa con ternura de los pechos de la madre./ Pero nosotros,/ que tenemos necesidad de tan grandes misterios, de los cuales/ y desde la tristeza surge a menudo una prosperidad bienaventurada,/ ¿podríamos existir sin ellos?".

Nadie está preparado para decirle adiós a lo que ama. Quisiéramos ver a todos los que han partido antes, bailar, correr, pintar, moverse con esa frescura, con esa ilusión sin límites, con los brazos abiertos, devorando todo el aire, toda la luz. No queremos verlas ahí, bajo tierra, porque ellas vinieron a correr sobre la tierra y a conquistarla. Nosotros, que ya estamos cansados demasiado pronto, que olvidamos soñar y bailar, que llevamos demasiado peso sobre nuestros hombros, necesitamos a los niños y jóvenes que partieron antes, moviéndose alrededor nuestro, con sus risas sonoras, con sus miradas todavía puras. Nada podrá llenar sus piezas vacías, sus puestos en la sala de clases, ese silencio y esa ausencia que vibran tanto alrededor nuestro cuando alguien tan joven se va.

Quien no ha escuchado el sonido de esa ausencia, no entiende lo que estoy diciendo.

Sí: nosotros las necesitamos a ellas y daríamos todo, lo gastado, lo cansado, lo maduro, lo razonable de nuestras vidas para que ellas volvieran con el ímpetu de siempre, como esas bandadas de pájaros que a veces irrumpen en nuestro jardín llenándonos de gozo, exaltándonos hasta las lágrimas. Nosotros las necesitamos a ellas, pero lo más difícil de entender es que ellas, ¿tal vez ya no nos necesitan? Rilke afirma: los que se van, se van suavemente desacostumbrando de lo terrenal. Hay algo delicado, lento en la muerte, por violenta que ésta sea. Ellas se están yendo lentamente de aquí, en una lentitud de un tiempo ya desfasado del nuestro, tan vertiginoso, donde todo es prisa. Como las mariposas que se desprenden de sus capullos, ellas tienen que desprenderse de su pasado, de su infancia, de su adolescencia, de sus cuerpos, de sus recuerdos. Por eso, intentar aferrarlas es imposible, es intentar violentar el tránsito más sutil de todos. Debiéramos aprender desde ahora a entrar a ciegas en sus cuartos vacíos, sin encender la luz, para que no se develen sus nuevos rostros, que tal vez no podamos ni debamos todavía ver. ¿No somos quizás un peso para ellas? Como si alguien quisiera cargar algo sobre las alas de una mariposa. Ellas son ahora nuestro gran misterio, y nosotros no podemos vivir sin esos "grandes misterios", y el más grande de todos: el de la muerte prematura.

Sin esos misterios, nuestras vidas serían opacas, vacías, duras. Recién ahora empezamos a vivir, alimentados por el misterio que deja su ausencia. Antes de que ellas se fueran, creíamos vivir, pero estábamos muertos. La tristeza nos va a mostrar una "prosperidad bienaventurada" que jamás imaginamos. Yo sé que esto último es muy difícil de entender. Yo todavía no lo entiendo.

Se fueron estas hijas maravillosas, sus padres quedaron huérfanos de ellas, para hacerse ahora hijos del misterio. Dejémoslos nacer a este misterio doloroso, tan hondo, dejémoslos llorar y gritar, incluso clamar. Cuando uno nace, ¿acaso no llora? No tengamos miedo a esas lágrimas. En este punto, hasta la fe debe callar e inclinarse ante el dolor sagrado por la muerte de un hijo. Y llorar con los que lloran, y beber de esas lágrimas.

domingo, 31 de agosto de 2008

A mis amigos....

Columna de Cesar Barros: A mis amigos (La Tercera de hoy). carta de un papa, amigo de alguno de los padres de las 9 niñitas fallecidas en el accidente del norte de Chile en una gira del Colegio Cumbres.

Columna de César Barros: A mis amigos

De verdad tenía pensado escribir sobre la importancia de los liderazgos empresariales en Chile. Sobre su influencia positiva en las políticas económicas y públicas en general. Sobre cómo la ausencia de esas influencias en países como Argentina, Bolivia y otros "hermanos latinoamericanos" han llevado al desastre y al populismo. Sobre el perfil que deben mantener esos líderes empresariales.

Chile tiene -aunque tantos líderes políticos "progres" protesten- una clase empresarial de excepción en lo político. Soy crítico de su excesiva falta de creatividad y muchas veces de audacia. Pero su compromiso con el progreso del país y con las buenas políticas públicas en innegable. Los aportes del Cep, LyD y otros institutos y universidades que han conformado, la calidad de sus dirigentes, la altura de miras para cooperar con gobiernos no siempre amigables es un ejemplo para la región.

Chile tiene una clase empresarial dedicada, democrática, seria y que se siente responsable por el progreso de la Nación. Los países que no las tienen, donde las elites empresariales dejan pasar la corrupción, las malas políticas públicas, y se acomodan sólo a ganar dinero, son el germen de la perdición para sus países y también para sus empresas.

Pero no me salen las palabras. El accidente de anteayer en Putre me tiene sobrecogido e incapacitado para cualquier cosa que no sea pensar en mis amigos que perdieron hijas y nietas en el accidente. Y en mi egoísmo personal, dar gracias a Dios por tener a los propios con vida y salud. Cómo no recordar el minuto en que los vimos nacer y luego escuchamos sus primeros balbuceos. Mirar sus primeros pasitos inseguros. El primer día del colegio, la primera comunión. Yo no sé si tendría la entereza, la fe y la resiliencia de mis amigos Luis José Garreaud, Fernando Barros e Iván Arteaga, ante la pérdida de sus hijas y nieta.

Quisiera ayudarlos, estrecharlos, compartir su dolor: pero es imposible, porque cada hijo, cada nieto es una singularidad para uno. Cada cual tiene su lugar en nuestros corazones de padres y de abuelos. Y si bien lo único que tenemos seguro en la vida es justamente la muerte, lo justo es que llegue a la edad esperada y en circunstancias más lógicas. A la edad nuestra, empezamos a ver la muerte más cercana: amigos que van, al menos, con una buena parte de la vida completa.

La muerte de niños es brutal, es un despojo de vidas que tenían que venir. De vivencias que departir con ellos. De angustias de amores y de triunfos que tendrían y que se vieron tronchados de forma tan violenta.

Ayer no pude sino levantarme al despertar, ir a ver a mis niños uno por uno y tocarlos, sentir su calor y escuchar sus alegatos por interrumpir esos sueños interminables que tiene la juventud. Y llamar a deshora a los que viven fuera de Chile, para estar seguro de la certeza que otros hoy no tienen.

Va a ser una semana triste y llena de reflexiones, sobre por qué estas cosas pasan y del significado de la vida y de la muerte. Acostumbrarnos a que esta última siempre nos acompaña, nos acecha y no se aleja de nosotros. A dejar de lado tanta frivolidad que nos rodea, la angustia por problemas pequeños, de los que nos burlaremos en unas semanas. Todo será nimio al lado del dolor de nuestros amigos. Cualquier pérdida nuestra será insignificante frente a la de ellos.

Quizá sea ese el mensaje que nos llega desde el más allá a los que no nos ha tocado ahora la muerte tan de cerca: un recordatorio de lo poco que vale el debate por la consolidación de deudas, la elección de la CPC, la cena de la industria del salmón y el saldo de la cuenta corriente. Y que lo importante es la amistad, el amor, los afectos. La cercanía física: los abrazos, las caricias y las palabras amigo, hijo, hermano y padre.

Es una lástima tener que ver el dolor tan de cerca, para olvidarnos de todo eso que nos consume el cerebro durante el día y muchas veces por las noches. El desperdicio que es usar el tiempo en reuniones, directorios y cálculos, pudiendo en cambio entregárselo a los hijos y a los seres queridos.

Escribir de negocios y de economía, cuando podríamos estar, en cambio, leyéndole un cuento a un hijo o a una nieta. Comiendo con extranjeros que poco o nada conocemos, en vez de acurrucar a un hijo o escuchar sus historias y sus sueños.

Si en algo pueden consolarse los que acaban de tener esta pérdida irreparable es que muchos como yo, vamos a mirar el mundo en forma más recatada y cuidadosa. Nos vamos a fijar en lo que realmente es importante. Y vuestro dolor tendrá frutos que quizá ustedes nunca imaginaron. Y que si de verdad fuéramos "homo sapiens", no lo olvidaríamos jamás. Pero como de "homo" tenemos mucho y de "sapiens" poco, volveremos inevitablemente a las andadas.

Y a nuestra agenda regresará a la consolidación de deudas, la elección de la CPC y la cuenta corriente.

domingo, 24 de agosto de 2008

MMV

me encontré leyendo hoy dos artículos en distintas partes sobre Mario Vargas Llosa. El primero es en El País (España). El otro en el blog de Alberto Fuguet.

TRIBUNA: MARIO VARGAS LLOSA

Caracas al vuelo

De visita en Caracas, parece que "el socialismo del siglo XXI" tiene ahora menos posibilidades de materializarse que hace algunos años

MARIO VARGAS LLOSA 24/08/2008

Hice una visita relámpago a Caracas para ver el montaje teatral que ha hecho Héctor Manrique de una obra mía, Al pie del Támesis -magnífico, por cierto-, y, pese a lo breve de mi estancia, por lo que vi, oí, leí y conversé con los amigos en esas pocas horas, salí de Venezuela convencido de que el proyecto autoritario que el comandante Chávez ha puesto en marcha con las etiquetas de "la revolución bolivariana" y "el socialismo del siglo XXI" tiene ahora menos posibilidades de materializarse que hace algunos años. Y que el tiempo y el espíritu de resistencia del pueblo venezolano va socavando poco a poco el riesgo de que la patria de Bolívar se convierta en una segunda Cuba.

¿De qué viene mi optimismo? De la libertad con que los venezolanos de toda condición critican en calles, plazas, cafés y donde sea al Gobierno sin dejarse intimidar por las represalias que éste toma contra los opositores -y que abarcan todo un abanico de atropellos, desde despedidas intempestivas de puestos públicos, multas, auditorías, cancelaciones de contratos y permisos a empresarios y comerciantes, estatizaciones y confiscaciones, hasta cierrapuertas de la radio, la televisión y los teatros públicos a los artistas, directores, guionistas y productores reacios a convertirse en instrumentos obsecuentes del poder- y por las encuestas relativas a las elecciones del próximo 23 de noviembre, en que serán elegidos 22 gobernadores y 335 alcaldes, según las cuales la oposición, unida, podría obtener un porcentaje muy alto de victorias en todo el territorio nacional.

Chávez lo sabe y ha tomado precauciones haciendo "inhabilitar" por el Contralor de la República, en flagrante violación constitucional, a casi 300 ciudadanos, la gran mayoría de la oposición. Entre ellos figuraban cuatro candidatos a los que las encuestas daban grandes posibilidades de victoria en sus estados y que han quedado fuera de la contienda. El Tribunal Supremo de Justicia, ahora al servicio del régimen, ha convalidado el legicidio. Aun así, y sabiendo que, alertado por la derrota que sufrió el 2 de diciembre de 2007, Chávez se valdrá de todos los recursos a su alcance para impedir un nuevo revés, un cierto optimismo prevalece entre los venezolanos. ¿Puede el régimen orquestar un fraude generalizado? No es fácil, ya que existe el voto electrónico, siempre y cuando, claro está, haya una vigilancia en las mesas de votación como la que ejercitaron los estudiantes en el referéndum sobre el proyecto de reforma constitucional del pasado diciembre. Y es seguro que, esta vez, habrá una movilización parecida para impedir, o al menos atenuar, el riesgo de alteración indebida de los resultados.

Pregunto a mis amigos, disfrutando de un desayuno con arepas y queso blanco -manjar que, felizmente, la revolución bolivariana no ha conseguido deteriorar todavía-, por qué el régimen chavista no ha logrado instaurar en Venezuela los instrumentos coercitivos e intimidatorios -como los Comités barriales y distritales de la Revolución en la Cuba castrista, por ejemplo- que en todas las sociedades autoritarias paralizan a la sociedad civil y la enmudecen y permiten al régimen clausurar todos los espacios de libertad y de crítica al poder. Quien me da una explicación muy convincente es Teodoro Petkoff, fundador del M.A.S. (Movimiento al Socialismo, al que renunció el mismo día que esta organización decidió apoyar a Chávez), ex guerrillero, ex preso político, con dos fugas novelescas de la prisión, y, ahora, director de periódico y uno de los más lúcidos analistas políticos de Venezuela.

Desde que cayó la dictadura de Pérez Jiménez, en enero de 1958, hasta la subida al poder del comandante Hugo Chávez, en 1999, es decir, durante unos cuarenta años, los venezolanos disfrutaron de gobiernos que, no importa cuáles fueran sus fracasos en el campo económico y social, garantizaron las libertades públicas, celebraron elecciones libres y respetaron el derecho de expresión y de crítica. Estas prácticas democráticas calaron profundamente en la sociedad venezolana, y, aunque la corrupción y las malas políticas llegaron a desencantar a un sector vasto del pueblo con los partidos tradicionales y crearon un clima favorable a la prédica populista y revolucionaria y a la figura del caudillo, el hábito de ejercitar la libertad no desapareció y los venezolanos no han renunciado a ella. Por eso, Chávez no ha podido seguir el ejemplo cubano, o soviético, o chino, o islámico, o el de las satrapías militares, de emascular mediante el miedo a una sociedad entera antes de subyugarla. Más aún, ese espíritu independiente y librepensador aclimatado a lo largo de cuatro décadas de vida democrática, se manifiesta incluso en el seno del propio partido de Hugo Chávez, donde las divisiones y las insubordinaciones contra el caudillo hacen que, en las próximas elecciones de noviembre, en algunos estados (incluido el suyo), los candidatos del partido oficialista representen opciones críticas y díscolas a las políticas del propio presidente.

¿Cuántos cubanos hay en Venezuela? Es el secreto mejor guardado del régimen. Nadie lo sabe con certeza. Los cálculos varían entre 10.000 y 30.000. Muchos de ellos son médicos y dentistas y viven, repartidos por el territorio nacional, en las "misiones" o postas sanitarias que prestan servicio en los "ranchitos" o barrios marginales de las ciudades y en el campo. Un número considerable de los cubanos avecindados en Venezuela trabajan en labores de seguridad e inteligencia y, al parecer, tienen la responsabilidad del cuidado de Chávez. Muchos han utilizado a Venezuela como un trampolín para escapar a Estados Unidos, o a Colombia y a Centroamérica, aunque no hay estadística alguna al respecto. Pero, en todo caso, lo seguro es que la presencia de esa amplia comunidad cubana en Venezuela no parece en modo alguno constituir una fuerza adoctrinadora y propagandística a favor del marxismo-leninismo y la utopía comunista. Más bien, de escepticismo y hartazgo con la "revolución".

A este respecto, no me resisto a contar una anécdota que le escuché también a Teodoro Petkoff. Tomó un taxi en el centro de Caracas y fue reconocido por el chofer. Éste era un médico cubano que, en sus ratos libres, hacía de taxista para mejorar sus ingresos. Estaba ya un buen tiempo en Venezuela y, ciertamente, muy contento. Lo que más le alegraba era la abundancia que advertía por doquier, en los almacenes, tiendas y mercados, un gran contraste con los desvaídos y misérrimos puestos de venta de productos domésticos donde se aprovisionan en la isla los cubanos de a pie. Puestos a conversar, el médico-taxista le confesó a Petkoff esta debilidad: "Cuando llegué a Venezuela y vi por primera vez una botella de Coca-Cola, se me llenaron los ojos de lágrimas". Si después de medio siglo de revolución, ese símbolo quintaesenciado del capitalismo despierta semejantes emociones en un cubano nacido y educado bajo la prédica ideológica de Fidel Castro, ¿quién puede dudar que el socialismo en su versión cubana tiene los días contados?

Cuando las sociedades viven períodos traumáticos, generalmente la vida artística y la cultura en general experimentan un apogeo. Venezuela no es una excepción a esta regla. Las carencias y limitaciones que se advierten en otros campos no han empobrecido el trabajo literario, intelectual y artístico, que mantiene altos niveles de creatividad. El Gobierno no ha querido o no ha sabido sobornar a la clase intelectual y artística y ponerla a su servicio. Escritores, profesores, músicos, pintores, actores, han mantenido una gran independencia respecto del régimen y, con muy escasas excepciones, no han aceptado oficiar de propagandistas. Buen número de ellos militan en la resistencia. Las universidades tampoco han sido arrolladas por el régimen y casi todas ellas, tanto públicas como privadas, conservan su independencia y son, en algunos casos, un contrapeso saludable de defensa de la cultura de la libertad a la demagogia revolucionaria gubernamental.

Es sabido que el presidente Chávez promueve su "socialismo bolivariano" a golpe de talonario, o, mejor dicho, de barriles de petróleo, que regala por doquier, o vende a precios preferenciales, a los países a los que quiere incorporar a su órbita de influencia. De este modo, un gran porcentaje de los recursos del país salen al extranjero a beneficiar a otros pueblos en vez del venezolano. Escuché en mi breve visita muchas críticas y de todo orden contra el régimen, pero ni una sola vez oí a un venezolano quejarse de esos dispendios chavistas a favor de bolivianos, nicaragüenses, argentinos, ahora paraguayos, etcétera. ¿Por qué? Sin duda porque aquel espíritu solidario, sacrificado y generoso que llevó a ese pequeño y pobre país que era la Venezuela de donde salieron a regar su sangre por la libertad de América tantos millares de venezolanos a comienzos del siglo XIX, sigue llameando en los corazones de sus descendientes.

© Mario Vargas Llosa, 2008.

fuente: Tribunas, El Pais.com/opinion

http://albertofuguet.blogspot.com/

elogio al padastro agosto 23, 2008

El fundador (literario) de la patria

miércoles, 20 de agosto de 2008

cortometrajes

mencionado en mi otro blog...."mis opciones para ver cine en casa" julio/13/08 Realmente vale la pena entrar de vez en cuando, y ver algunos cortos hechos con mucha creatividad. The Screening Room (pinchar aca)

sábado, 9 de agosto de 2008

Cristian Warnken Lihn, es un poeta, profesor, escritor; además de conductor de un programa cultural de entrevistas (antes "La belleza de pensar"); ahora conduce con un nombre parecido "Una belleza nueva" en otro canal de television abierta chileno. Conocido y querido por muchos a través de sus programas en los que además de transmitir temas muy interesantes, por la profundidad, calidez con la que llega a la gente. En mi otro blog lo he mencionado e incluido; iré dejando alguno de sus artículos escritos para El Mercurio en este, creo tener muchos de ellos y que no todos han tenido la oportunidad de leer. Ropa usada - Cristian Warnken

Yamuna cree en la reencarnación y en Krishna, y vende ropa usada. Desde que lo conocí, ya no compro mis prendas de vestir en las tiendas: él aparece como un "avatar" en mi casa, con dos bolsos, de los que salen chaquetas, pantalones, chalecos de todos los tipos y tallas. Y salen y salen de esas bolsas que se ven pequeñas, pero en las que parece caber toda la ropa usada del mundo, como si no tuvieran fondo.

Yamuna cree en la reencarnación, y cada vez que viene aprendo algo más del hinduismo, tal vez la religión más antigua del mundo, y mientras me pruebo las chaquetas de cuero que siempre me quedan cortas de mangas, siento que soy por un momento Arjuna, al que Krishna viene a decir lo que hay que hacer en el campo de batalla.

Yamuna sonríe cada vez que me habla de la muerte, la reencarnación, el dolor, y no me extraña: alguien dijo una vez que el dios que vendrá será un dios que ría y baile.

Yamuna cree que el cuerpo es sólo una morada pasajera, la cáscara que botaremos cuando superemos nuestros karmas, cuando evolucionemos, cuando aprendamos en esta escuela -la vida- que fue regalada a nuestra alma.

Yamuna ríe cuando le muestro el hermoso chaleco que escogí y en el que no quepo.

A veces siento que toda esta ropa usada por otros muestra de verdad lo que son nuestros cuerpos: ropa que, al usarse, se botará, para que la recoja otro en otra vida. ¿Para qué esmerarse en tener ropa nueva y bella, si nosotros seremos los primeros en caducar, antes que los impermeables, las chaquetas, los zapatos, que nos sobrevivirán?

Pienso en todos los que se habrán ido y habrán usado estos pantalones que me pruebo, en los muertos que nadie recuerda y cuya intimidad yo invado cada vez que compro una prenda de vestir a Yamuna. Y empiezo a entender y a gustar de esa provisionalidad, a saber que todo, la ropa que vestimos, las cosas que usamos, nosotros mismos, seremos pasados a otros, en una posta infinita, en la que lo nuevo será irrisorio, y lo usado, un valor. Un mundo de canje, trueque, un mundo donde todo será reciclado, porque hasta nuestros cuerpos serán reciclados por la tierra, y la tierra, reciclada en el cosmos. Es cosa de ver una supernova, su explosión fulgurante que regala carbono, hidrógeno, materia para que se formen otras estrellas. Porque así nacimos, nuestro planeta y nosotros: de un reciclaje infinito de polvo de estrellas.

Yamuna lleva el "Bhagavad Gita" en su bolso, uno de los libros más bellos jamás escritos. Cada vez que lo lee, caigo en trance y cierro los ojos, y huelo incienso que embriaga, y al probarme una hermosa camisa casi nueva, siento que yo y la camisa y Yamuna y todo lo que nos rodea desaparecerá en una danza, al final de la cual aprenderemos que la realidad es ilusión.

¿Y el amor, y los lazos, y lo que nos ata a la tierra? Puro apego. Eso me repite Yamuna: apego que esconde el verdadero rostro del verdadero amor. Me cuenta la historia de un rey que era muy solo y pidió a un dios tener un hijo, y se le dijo que al tenerlo, conocería el amor, pero también el dolor, porque el amor es apego y apego da dolor. El hijo llegó, él lo crió, le dio todo... pero el niño murió, y el hombre cayó en una honda desesperación y se convirtió en un vagabundo.

Hasta que los dioses le pidieron al alma del niño que volviera a calmar a su padre. "¿Cuál padre?" -preguntó el niño-. Había olvi-dado al último de entre muchos padres que había tenido en sucesivas reencarnaciones.

Yamuna sonríe, con dulzura. Lo miro y pienso: ¿De dónde saca toda esta ropa Yamuna? Y si él es otro, ¿quién es de verdad Yamuna? ¿Será tal vez la reencarnación del mismo rey del cuento, el que perdió al hijo? Me despido de él, cierra sus bolsos sin fondo, y no sé si volverá de nuevo, o en otra forma, o en otro universo. Me vuelvo a probar mi hermosa y vieja chaqueta "nueva" frente al espejo, me miro, y me pregunto: "Pero, ¿quién eres tú, quién eres, con esa chaqueta que fue de otro, en un espejo que sólo muestra el reflejo de una ilusión?".